16.12.09

Muchas veces, cuando llega la tarde y la calle se empieza a oscurecer, ordeno mi casa, me rodeo de libros y revistas, pongo ese disco, el que le envié a ego, enciendo alguna vela, que siempre huele a algo que no soy yo, y me siento en mi sofá a leer y escuchar. Pero a veces la tranquilidad es tan grande, mi casa se ve tan bonita, y todo está tan perfecto, que necesito levantarme, apagarlo todo, y salir de allí. La soledad a veces te quiebra cuando te crees que estás bien, y te enseña su parte dura.
Y empiezo a estar harta de eso, la verdad.

No hay comentarios: